Imprimir esta página

La apuesta por la Energía Solar

Convendría que el Presidente Gustavo Petro, tan comprometido y empeñado como está en impulsar “un modelo de Transición energética incluyente y justo para la gente”, como lo contempla su programa de gobierno, vea en esta la oportunidad de cumplir la promesa incumplida de la Ley 143 de 1994 de garantizar el acceso universal al servicio de energía, el 7º de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a los que se comprometió Colombia.

La Transición energética desde las energías de origen fósil, altamente contaminantes, hacia las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER) avanza a distinto ritmo, según las condiciones propias de cada país y sus propios retos. Los tropiezos que han tenido en los países que integran la Unión Europea (UE) no impedirán su avance, sino que, al contrario, está catapultándola, toda vez que la crisis a que los abocó la invasión rusa a Ucrania ha puesto de manifiesto su importancia para asegurar su soberanía energética. En Colombia se ha venido avanzando vertiginosamente, pero el atraso de la Estación colectora y las líneas de transmisión desde esta hasta empalmar con el Sistema de Transmisión Nacional (STN), la están poniendo en riesgo.
Con la Ley 2099 de 2021 se amplió el espectro de las FNCER, para integrar a la matriz energética, además de la energía eólica y la solar – fotovoltaica, la energía geotérmica y la producción de hidrógeno. Además de extender a ellas los beneficios e incentivos de la Ley 1715 de 2014, estos también cobijan la captura y almacenamiento del CO2, así como el almacenamiento de energía a gran escala, clave para garantizar la operatividad y obviar la limitación de la intermitencia inmanente a las energías renovables.
La competitividad de las energías renovables
Muchos se preguntarán por qué sólo ahora las FNCER se están abriendo paso y muestran una gran dinámica, atrayendo inversiones importantes que han venido contribuyendo a la reactivación económica a nivel global. La respuesta está en la disrupción tecnológica que ha hecho posible la reducción acelerada tanto de los costos de los proyectos como de la generación de energía, hasta hacerlas competitivas frente a las fuentes convencionales. Hasta hace pocos años su desarrollo sólo era posible con base en subsidios, hoy en cambio sólo requieren de incentivos y estímulos como los previstos en las leyes que las impulsan, así como de una regulación acorde con la naturaleza de las mismas.
Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) entre los años 2010 y 2019 los costos de generación de energía solar, particularmente, cayeron el 82%, ubicándose en US $0.068 por KWH, es decir $223, según la cotización promedio del dólar en el último año. La tendencia sigue siendo a la reducción de los mismos, en gran medida impulsada por la caída de los precios de los módulos, concomitantemente con la disminución ostensible de los costos del balance del sistema.
Según Guillermo Cajamarca, líder de Productos solares para hogares y empresas de la empresa Celsia, que ha estado a la vanguardia de estos desarrollos en el país, tanto los paneles, como los inversores, las baterías y partes eléctricas están bajando de precio. Según él “hace tres o cuatro años hablábamos de un costo de 0.35 dólares por vatio en proyectos de gran escala. Hoy esa tarifa ha bajado hasta 0.20 o 0.18 dólares”.

Versatilidad de la energía solar
La energía solar – fotovoltaica es muy versátil y ofrece la ventaja, además de la sencillez de sus procesos de generación, de su portabilidad. Es la solución ideal para muchas regiones del país, en donde no se cuenta con velocidades del viento que hagan viable la eólica, pero las horas de sol y la intensidad de la radiación solar la posibilita. Basta con la instalación de una granja solar dotada de paneles solares fotovoltaicos formados por células de silicio que convierten la luz solar en energía. De allí su extendido uso, gracias a la Ley de la termodinámica de la conservación de la energía, que permite la transformación de la energía térmica, captada a través de unas celdas fotovoltaicas que sirven de colectores solares, en energía mecánica y de esta en electricidad.
De la energía solar – fotovoltaica se pueden servir tanto los usuarios regulados como los no regulados, permitiéndoles la autogeneración para su consumo y en el evento que produzca excedentes los podrá comercializar; de ello se ocupará la regulación y es lo que va a permitir en el inmediato futuro que el usuario deje de ser un agente pasivo de la cadena para convertirse en prosumidor. Hacia el futuro tendrán gran importancia los proyectos correspondientes a la modalidad de generación distribuida, entendida como aquella que se genera en centros aislados fuera del alcance de la red de distribución.
Se estima por parte de la operadora y administradora del mercado eléctrico XM, filial de ISA, que el consolidado de la mayor capacidad instalada de generación de electricidad este año, exceptuando a HIDROITUANGO, es de 3.000 MW, de los cuales el 80% son proyectos que superan los 20 MW y por ello mismo estarán a disposición del Centro Nacional de Despacho (CND) de XM. Desagregando dicha capacidad instalada, esta se halla liderada por la que corresponde a energía solar con el 50%, hídrica el 22%, térmica 19% y eólica 9%. Uno de los proyectos más ambiciosos es el de la granja solar-fotovoltaica de La Loma (Cesar) con una capacidad de 187 MW.
Es de destacar cuanto ha venido avanzando ECOPETROL en su hoja de ruta de su Transición energética, fijándose la meta de alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono hacia el 2050, alineándose con el objetivo que se trazó la COP26. Con tal fin puso en marcha su estrategia Energía que transforma. Después de 65 años dedicada a la exploración, explotación, transporte, refinación y comercialización de crudos y sus derivados, Ecopetrol ha venido incorporando a su matriz energética las energías renovables y espera incorporar 400 MW en su matriz de suministro al 2023. A la fecha ha incorporado 113 MW de los cuales se sobresalen los Ecoparques solares de Castilla y San Fernando con 21 y 61 MW respectivamente, y que proveen de energía a uno de los principales campos de producción de crudo, Campo Castilla, y al sistema de transporte de oleoductos en la zona.

Energía para las zonas no interconectadas
Pero, indudablemente, en donde puede ser más útil la solución de esta fuente de energía es para llevarle la energía eléctrica a zonas apartadas del país, con población dispersa, con baja densidad poblacional y distantes de las redes de transmisión, especialmente en el área rural, ya que la generación de esta energía es modular y se puede adaptar al requerimiento de la población objetivo. Es el caso de la Alta Guajira, justamente en donde está asentada la comunidad Wayüu y en donde se están instalando los parqués eólicos, que sólo cuenta con una cobertura del 26% de este servicio esencial, con los paneles solares lo mismo se le puede llevar la energía a un rancho o a una ranchería. Ya no hay disculpa.
Es de esperar que el Ministerio de Minas y Energía, a través del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas (IPSE), como lo prometió el Presidente Petro en campaña, “en las zonas no interconectadas implementaremos proyectos comunitarios de generación de energía eléctrica con fuentes renovables basadas en los potenciales disponibles en cada región, brindando capacidades para su instalación, operación, distribución y mantenimiento”. Ello es urgente y es una contribución al cierre de brechas sociales habida cuenta que aún hay 1.710 localidades rurales en Colombia en donde se calcula que 128.587 personas solo acceden al servicio entre cuatro y doce horas al día.

Un ejemplo digno de imitar
Un ejemplo digno de imitar en el resto del país es el emprendimiento inspirador del Distrito de Barranquilla, con su Alcalde Jaime Pumarejo a la cabeza, tendiente a optimizar el aprovechamiento de las energías renovables, con el doble propósito de promover el uso eficiente de la energía, la mayor confiabilidad en la prestación del servicio, además de las economías subyacentes. En efecto, la sociedad de economía mixta del Distrito Alumbrado Público Barranquilla (APBAQ) firmó un convenio con el consorcio integrado por el Grupo Entoria Energy Colombia SAS y la Empresa de Energía de Pereira para poner en marcha un enorme proyecto de autogeneración.
Este proyecto contempla la instalación, en las cubiertas de 300 edificios públicos del Distrito, paneles solares para satisfacer la demanda en sus instalaciones. El convenio se extiende por 25 años y representará ahorros sustanciales en la facturación del servicio de energía, la generación de 500 empleos verdes y la reducción de 23.000 toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) anuales.
Convendría que el Presidente Gustavo Petro, tan comprometido y empeñado como está en impulsar “un modelo de Transición energética incluyente y justo para la gente”, como lo contempla su programa de gobierno, vea en esta la oportunidad de cumplir la promesa incumplida de la Ley 143 de 1994 de garantizar el acceso universal al servicio de energía, el 7º de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a los que se comprometió Colombia.
Es esta, también, la oportunidad propicia para que sea una realidad que “el usuario final será protagonista activo de la cadena”. Se espera, entonces, que en el Plan de Desarrollo (2022 – 2026) se plasme lo que planteó en su programa: “un plan ambicioso de techos y granjas solares en las zonas con mayor exposición solar del país”. Es más, este Gobierno puede ir más lejos, promoviendo la masificación de la instalación de paneles solares en los techos de casas y edificaciones multifamiliares, empezando por las soluciones de vivienda de interés social, con miras a aliviar el costo de las facturas por la prestación del servicio de energía.
Mención aparte merece la instalación en curso del primer de almacenamiento a gran escala de energía en Latinoamérica, con una capacidad de 45 MW, en el Departamento del Atlántico. La empresa ejecutora de este proyecto, adjudicado mediante subasta por parte de la UPME, es la Canadian Solar Energy Group. Este proyecto se constituye en un hito de la mayor importancia y, como lo aseguró el Ex Ministro de Minas y Energía Diego Mesa, “permitirá mejorar la confiabilidad del servicio de energía eléctrica en el Caribe, fortaleciendo la red de transmisión regional, con una inversión privada de más de 50 millones de dólares”.

*Amylkar Acosta Medina.
Ex ministro de Minas y Energía.
Miembro de Número de la ACCE.
www.amylkaracosta.net

Valora este artículo
(0 votos)
Modificado por última vez en Lunes, 19 Septiembre 2022 12:08
edicion

Lo último de edicion

Artículos relacionados (por etiqueta)