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Dos temas cruciales para el futuro del sector energético, son protagonistas en este 2021. Por un lado, la aprobación, en el congreso de la república de la Ley de Transición Energética, que se dio antes de que concluyera el periodo legislativo, el pasado mes de junio. Por otro lado, el anuncio de la convocatoria de una tercera subasta de energías renovables, prevista para finales de este año,

A continuación, publicamos los pronunciamientos del Ministro de Energía con relación a estos dos temas:

La subasta de energías renovables

El Ministerio de Minas y Energía dejó en firme la convocatoria para realizar la tercera Subasta de Contratos de Largo Plazo de energía renovable no convencional antes del 31 de octubre de 2021 por parte del Administrador del Sistema de Intercambios Comerciales (ASIC).

“Esta nueva subasta será un gran aporte a la reactivación sostenible del país y nos permitirá seguir consolidando a Colombia como un referente regional en transición energética. En cerca de 3 años hemos aumentado más de 8 veces la capacidad instalada del país en proyectos de fuentes no convencionales de energía renovable y para 2021 nuestra meta es llegar a 1.000 MW gracias a la entrada en operación de alrededor de 80 proyectos adicionales”, aseguró el Ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.

En esta subasta podrán participar proyectos de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER) que tengan una capacidad igual o mayor a 5 MW y estén inscritos en el registro de proyectos de generación de energía eléctrica de la UPME, mínimo en la fase 2. Además, deberán contar con el concepto de conexión a la red de transmisión nacional o transmisión regional aprobado por la UPME.

También podrán participar proyectos que hayan adquirido obligaciones en las subastas de Cargo por Confiabilidad y de Contratos de Largo Plazo de 2019 sólo si desean presentar ofertas para el bloque 3, que va desde las 5:00 pm hasta las 12:00 am, ya que al ser el horario de mayor consumo de energía se busca asegurar la oferta necesaria para atender las necesidades de los colombianos.

Los proyectos que logren asignaciones en esta subasta deben comenzar a cumplir con sus obligaciones de suministro de energía eléctrica a partir del 1 de enero de 2023. El período del suministro será de 15 años, de acuerdo a lo establecido en los contratos financieros que se firmarán.

Además, para esta nueva subasta los participantes en calidad de compradores no tendrán condiciones que limiten la oferta con la que deseen participar, mientras que la oferta de los vendedores no podrá superar la capacidad instalada de su proyecto de generación.

Finalmente, los proyectos de generación que resulten adjudicados tendrán la posibilidad de prórroga hasta por 2 años para la fecha de puesta en operación, sin que se ejecute la garantía. Sin embargo, el generador estará en la obligación de cumplir con los compromisos de energía adquiridos durante este tiempo.

Sobre la Ley de Transición Energética

Colombia contará con nuevos incentivos para seguir consolidando la Transición Energética y su liderazgo regional en esta materia

Con la nueva Ley de Transición Energética, que aprobó el Congreso de la República y ahora (al cierre de esta edición) pasa a sanción presidencial, Colombia continuará posicionándose como líder regional en esta materia y como un país atractivo para la inversión en energías renovables no convencionales.

“Esta ley le apuesta a consolidar la transición energética, liderar la lucha contra el cambio climático y acelerar el cierre de brechas, ofreciendo mejores incentivos tributarios para la generación de energía renovable no convencional, eficiencia energética y movilidad sostenible. Además, estos incentivos se extienden para nuevas tecnologías como el hidrógeno verde y azul, el almacenamiento de energía a gran escala y la medición inteligente”, aseguró el Ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.

La Ley de Transición Energética reconoce al hidrógeno verde y azul como una fuente no convencional de energía renovable, por lo que esta tecnología también podrá acceder a los beneficios tributarios de la Ley 1715: sobre-deducción de renta, exclusión de IVA, cero aranceles y depreciación acelerada.
Así mismo, estos 4 incentivos se extenderán a las inversiones y los equipos de medición inteligente, y se aclara y ratifica que la instalación de los mismos no tendrá ningún costo adicional para los usuarios.

Actualmente, los proyectos de eficiencia energética sólo contaban con el beneficio de sobre-deducción de renta, pero ahora, con la Ley de Transición Energética, podrán acceder a él y además tener cero aranceles y depreciación acelerada. También tendrán exclusión de IVA la adquisición de bienes y servicios para el desarrollo de proyectos de generación con fuentes no convencionales de energía y de gestión eficiente de la energía.

En la Ley de Transición Energética también se establecieron nuevas iniciativas para mejorar y ampliar la cobertura del servicio de energía eléctrica en las zonas más apartadas de Colombia, al igual que la sostenibilidad de los proyectos que se desarrollen en estas zonas.

Adicionalmente, se creará el FONENERGÍA con el fin de articular y focalizar las diferentes fuentes de recursos para financiar y realizar planes, proyectos y programas de mejora de calidad en el servicio, expansión de la cobertura energética y normalización de redes.

En cuanto a movilidad sostenible, se destaca la adopción de programas que deberá realizar el Gobierno Nacional para promover el uso de hidrógeno y gas combustible en el transporte terrestre de carga y público de pasajeros.

*Minenergia:
Comunicaciones Prensa
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LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Como bien lo dijo Joseph A. Schumpeter, “la innovación implica, por virtud de su naturaleza, un gran paso y un gran cambio…y difícilmente se mantiene alguna de las formas de hacer las cosas que fueron óptimas antes”. Y es propio de la innovación y la tecnología su evolución disruptiva, a saltos. Así se explica que la primera revolución industrial (1784) fue posible gracias a la invención de la máquina a vapor, la segunda (1870) se caracterizó por la generación eléctrica a gran escala, concomitantemente con la invención del motor de combustión interna, la tercera (1969) por la electrónica y las tecnologías de la información y la cuarta, la actual, por los sistemas físicos cibernéticos (Big Data, IoT, Smart Cities y la inteligencia artificial).

LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL

Nada ni nadie escapa a esta realidad incontrastable, pues, como lo afirma Martín Merino Eiró, “la transformación digital deja de ser un objetivo para crecer y se convierte en una urgencia para sobrevivir”1. Y continúa diciendo que con la pandemia sobrevino un salto tecnológico muy brusco, abrupto, en el cual el gran protagonista ha sido la virtualidad. Y esta llegó para quedarse, ahora “hay que hacer las cosas de manera distinta”2 y en un escenario en el que la gestión de la información y la calidad de la misma se tornan críticas en la toma de decisiones empresariales. La analítica digital es la clave para poder sacar provecho del cúmulo de información del que ahora se dispone en la nube, con una capacidad de almacenamiento infinita y del procesamiento de la misma, ahora al alcance de un clip en el computador o en el Smartphone.

Este preámbulo nos sirve para poner en contexto la Transición energética en curso, la cual tiene cuatro ejes, destacándose entre ellos la digitalización de los procesos, facilitando y haciendo posible la electrificación y descarbonización de la economía, la descentralización de la operación del Sistema y la democratización del mismo, haciendo más asequible el servicio de energía, sobre todo a la población más vulnerable, como lo prevé el 7º de los 17 objetivos del desarrollo sostenible (ODS), al cual habrá que agregar uno más, el 18, por fuerza de las circunstancias, el cierre de la brecha digital.

No cabe duda que la Transición energética es tecnológica y la automatización de sus actividades y procesos van de la mano con la Transformación digital. Como lo afirma el Gerente de Desarrollo de Negocio en el área de Utilities en Minsait Colombia Cesar Piñeros, “la digitalización en la transición energética es una realidad que poco a poco va ganando terreno en Colombia y en el mundo. Contar con las herramientas digitales adecuadas será la clave para que las compañías gestionen sus activos y la información que estos generan para integrarse al nuevo modelo en construcción”3. Ello dará lugar a una reconfiguración de la cadena de valor que va desde las fuentes de generación, la generación misma, el transporte de la energía, su comercialización y distribución, hasta llegar al último eslabón de la cadena, el consumidor.

Como lo afirma el Presidente de la Asociación Colombiana de distribuidores de energía eléctrica (ASOCODIS) José Camilo Manzur, la innovación, la tecnología y el ecosistema digital cuenta con un amplio campo de aplicación en este sector de cara a la Transición. Cita él que “por ejemplo, la inteligencia artificial en microrredes se ha convertido en una estrategia para el ahorro de la energía, la independencia energética, la eficiencia y la protección durante una contingencia que requiere mejoras en la operación y una adaptación continua”4.

La adopción de estos nuevos desarrollos tecnológicos, así como la adaptación y modernización de los mismos en las actividades y los procesos inherentes a este sector agregan valor y contribuyen al ahorro, a la reducción de costos y a la eficiencia energética. José Camilo Manzur trae a colación la experiencia al respecto en los EEUU. Se pudo determinar, según él, que “el impacto económico, sectorial y laboral de las inversiones realizadas en redes inteligentes y digitalización del sector eléctrico puede resultar en beneficios más allá de las empresas de servicios públicos. Por ejemplo, se encontró que por cada millón de dólares de gasto directo, el PIB se expandió entre 2.5 a 2.6 millones de dólares”5.

LA CONVERGENCIA TECNOLÓGICA

Así entendida la Transición energética, que pasa por la modernización del sector, abre espacio para la incursión de nuevos agentes en la cadena, destacándose entre ellos el agregador de la demanda, el cual propende por la gestión activa de la demanda, la cual ahora, con el nuevo marco legal y regulatorio, adquiere una gran relevancia y empoderamiento al consumidor, el cual dejará de ser un agente pasivo para adquirir su doble carácter de productor y consumidor (Prosumidor). El agregador de la demanda está llamado a ser el gran articulador de distintos agentes de la cadena, participando en el mercado eléctrico, tanto mayorista como minorista e incluso prestando sus servicios al administrador y operador del Sistema interconectado nacional (SIN).

La convergencia de la digitalización, la electrificación y la descentralización ya mencionada, habrá de facilitar el surgimiento de nuevos y múltiples negocios en torno a esta actividad, tales como las plantas virtuales de potencia (vpp, por sus siglas en inglés). Se trata de un software remoto que sirve para regular el consumo particular de la energía, conectando o desconectando, coordinando y monitoreando a los generadores, a la generación distribuida, a los autogeneradores de energías descentralizados, así como los almacenamientos de energía y los de carga controlada.

Mención aparte merece lo atinente a la modernización de la infraestructura de medición avanzada (AMI, por sus siglas en inglés) y las redes inteligentes (Smart grid), la cual permitirá la comunicación bidireccional entre usuarios y operadores de red. La Resolución reglamentaria para su implementación, que está para comentarios, se expedirá próximamente. Ello conlleva un recambio de los actuales “contadores” de energía, que tiene como plazo límite el año 2030 (75% de usuarios). El mismo correrá por cuenta de los operadores de red, tal como quedó establecido en el proyecto de ley de Transición Energética que acaba de aprobar el Congreso de la República y que está a la espera de la sanción presidencial. Ello facilita, además, la puesta en práctica de la tarifa – horaria y el mercado intradiario, pudiendo el consumidor tomar decisiones informadas y más racionales, redundando en alivio en sus facturas de energía y en un mejoramiento de la calidad en la prestación del servicio.

La AMI permitirá la lectura remota y centralizada en una plataforma digital, la que además permitirá el monitoreo permanente y en tiempo real, así como las opciones de internet de las cosas (IoT) y la comunicación bidireccional entre el usuario y el operador de red mediante el medidor inteligente. De esta manera, tanto el operador como el usuario podrán tener un mayor y mejor control del registro y la medición, detectando oportunamente las fallas, distorsiones, hurto o intervenciones maliciosas de los equipos no autorizadas. Su manejo será tercerizado, para que sea un gestor independiente de los registros de los datos y de la información, quien será el responsable.

LA PORTABILIDAD DE LA ENERGÍA

A la utilidad y a los beneficios anteriores de esta armazón, se viene a sumar que permite la portabilidad de la energía, la facturación de la energía prepago, corrige la asimetría de la información entre el usuario y el prestador del servicio, utilizando para ello plataformas y aplicaciones tecnológicas. Y de contera, facilita la integración de las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER) a la matriz energética, cuya intermitencia en la generación de energía dan lugar a incertidumbres en el cumplimiento de la entrega de la energía contratada y comprometida.

No es ciencia ficción, ya el usuario de la energía está en capacidad de controlar el uso y el consumo de energía desde su celular, podrá también detectar las fallas, averías e interrupciones en la prestación del servicio. Adicionalmente podrán los generadores, los transportadores, comercializadores y distribuidores de energía tener un mayor y mejor control de sus actividades, además del monitoreo del funcionamiento de equipos, redes, subestaciones, transformadores, módulos solares, celdas e inversores, ganando en eficiencia y confiabilidad en la prestación del servicio.

A este respecto resulta de la mayor importancia y pertinencia la expedición por parte del Ministerio de Minas y Energía de la Resolución 40199 fechada el 28 de junio, mediante la cual “se adoptan los lineamientos del modelo de gobierno de tecnologías de la información y del modelo de gobierno de datos del sector minero – energético”. Ya era hora de contar con este marco normativo, el cual deberá ser complementado con los servicios de ciberseguridad para proteger el Sistema energético del riesgo de ataques que amenazan su operatividad, la continuidad de la prestación del servicio de energía, la reputación y los datos. No hay que perder de vista que garantizar el suministro de energía es un asunto de seguridad nacional!


1Think big/empresas. Junio, 7 de 2021
2Idem
3www.minsait.com. Noviembre de 2020
4El Tiempo. Junio, 23 de 2021
5Idem

*Amylkar Acosta Medina.
Ex ministro de Minas y Energía.
Miembro de Número de la ACCE.
www.amylkaracosta.net

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La transición energética es una realidad que está cambiando el sistema eléctrico colombiano. A 2025, la UPME ha aprobado conceptos de conexión a cerca de 2.500 MW de generación eólica y cerca de 7.500 MW de generación solar (corte a 29 de marzo de 2021), de los cuales cerca del 50% cuentan con garantías bancarias que les dan mayor probabilidad de entrar en operación e incrementar la capacidad instalada del Sistema Interconectado Nacional, SIN. El desarrollo y puesta en marcha de estas iniciativas requiere de un ejercicio riguroso de planeación para que su incorporación al Sistema permita la continuidad del servicio de energía eléctrica con seguridad y confiabilidad para los colombianos.

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