El mundo debe reaccionar a compromisos urgentes que buscan atender necesidades globales como el cambio climático y la economía circular, y en este sentido, la transición energética es vital. A medida que la sociedad cambia hacia el uso de energías sostenibles y que las industrias se conviertan rápidamente hacia la electrificación, una cosa está clara: la electricidad será la columna vertebral de todo el sistema energético.
Resumen
El presente artículo académico aborda el papel crucial de las Comunidades Energéticas en el proceso de democratización energética, en el marco de la Transición Energética Justa, para lo cual se realiza un análisis del proceso de constitución de estas comunidades, destacando la participación activa de las poblaciones en cada una de las etapas. Desde la fase inicial de postulación, se evidencia cómo estas asumen un rol protagónico en la toma de decisiones y la gestión de sus propios recursos energéticos. Esta participación activa representa un cambio significativo en la dinámica tradicional de poder en el sector energético, empoderando a las comunidades con una mayor autonomía y capacidad de autodeterminación.
Esto se supone como la metamorfosis de los modelos de producción, distribución y consumo de la energía, con el fin de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. La finalidad continúa siendo, para 2050, conseguir la Neutralidad de Carbono, es decir, reducir y evitar las emisiones de efecto invernadero mediante el uso de los llamados créditos de carbono.
En entrevista con Mundo Eléctrico y Hablemos de Energía (YouTube), el Ing. Diego García, Gerente de COLECTORA, nos explica cómo avanza éste que es considerado el proyecto de transmisión más importante para Colombia en la actualidad. Recientemente la ANLA otorgó la licencia ambiental para la construcción del segundo tramo, Cuestecitas - Colectora, con lo cual se garantizaría la conexión de 1.050 megavatios al SIN, provenientes de 7 parques eólicos de La Guajira, que energizarían al resto del país a partir de 2026.
El Índice de Transición Energética (ETI), que evalúa el desempeño actual de 120 países en materia de sistemas energéticos, ubica a Colombia como el quinto país más favorable en la región, después de Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay, y en el puesto 35 a nivel mundial, con una calificación de 60,7.
