Aunque ya había algunos proyectos en operación, llevábamos más de cuatro años esperando un avance contundente en este campo, pues desde la expedición de la Ley 1715 de 2014 y de los decretos y resoluciones que la reglamentaron veníamos hablando de los estímulos a estas fuentes de generación, pero era muy bajo el nivel de materialización en proyectos concretos, toda vez que estas fuentes renovables no convencionales no alcanzaban a representar ni siquiera el 1% de la capacidad instalada de generación en el país.

La subasta en mención tuvo un resultado positivo toda vez que se adjudicaron proyectos de energía solar y eólica con una capacidad total de 1.298 MW en la subasta y de 75 MW en el Mecanismo Complementario, lo cual es equivalente a cerca del 8% de la capacidad instalada actual del sistema de generación de energía en Colombia. Llegar al 8% y estar cerca del 10% de la capacidad de generación ya es una cifra consistente que permite decir que es un primer paso firme en el desarrollo de estas fuentes de generación.

El Gobierno tenía la meta de llegar a 1.500 MW de capacidad instalada a 2.022 y con los resultados de esta subasta ya se puede afirmar que con los proyectos que se han desarrollado en el último año y con la materialización de los adjudicados en la subasta, ya se está hablando de alcanzar una capacidad instalada al final de este gobierno de 2.200 MW, lo cual significa multiplicar por 40 la capacidad existente a mediados de 2018. Estos resultados se dieron porque se aprovecharon las lecciones aprendidas en la primera subasta realizada en el mes de febrero de este año, que fracasó, pues no se pudo adjudicar toda vez que no se cumplieron las condiciones de competencia estipuladas en los pliegos de condiciones.

Para esta segunda subasta se realizaron una serie de modificaciones que le dieron vía libre al proceso, entre las cuales se encuentran las siguientes: la capacidad efectiva total para participar se redujo de 10 MW a mayor o igual a 5MW, se redujeron de 3 a 1 los criterios de competencia (que ningún vendedor tenga una participación de más del 40% en la oferta de energía máxima diaria garantizada), la oferta pasó de energía media anual a Energía por bloques horarios, el tipo de contrato cambió de PAGUE LO GENERADO a PAGUE LO CONTRATADO y el período de suministro se elevó de 12 a 15 años a partir de enero 1 de 2022.

El proceso terminó con la adjudicación de proyectos a 7 generadores y 22 comercializadores entre los que se encuentran las principales empresas distribuidoras de energía del país. De los 8 proyectos adjudicados en la subasta, 5 son eólicos y 3 son de energía solar y en términos de energía generada los proyectos de energía eólica son el 83% y los de energía solar el 17%. Los proyectos de energía eólica se encuentran en los departamentos de la Guajira y Valle del Cauca, regiones con alto potencial en la generación con esta fuente limpia y renovable, como es el viento. Las cifras muestran que la Guajira tiene un potencial de generación eólica que es casi el doble del potencial del promedio mundial con esta fuente de generación. Por tanto, el resultado de esta subasta, demuestra la importancia de materializar y hacer valer las fortalezas del país en estos procesos. La Guajira tiene potencial, Colombia tiene potencial en la generación eólica y, por tanto, es fundamental que aprovechemos estas ventajas competitivas en el proceso de crecimiento y diversificación de la matriz de generación. Otro resultado importante de esta subasta fue el nivel de precios de adjudicación que, para el total de los contratos adjudicados en los diferentes bloques horarios tuvo un promedio de $95,65 kWh, el cual es significativamente menor al precio actual de los contratos bilaterales de compra de energía. Este precio es el promedio de la energía adjudicada en los diferentes bloques horarios dentro de los cuales se adjudicó un total de 10.186 MWh/día distribuidos así: el 27% de la energía asignada es del Bloque 1, el 68% en el Bloque 2 y el 5% en el Bloque 3. Esta señal de precios es una variable fundamental en la contribución del sector a la mejora en la competitividad empresarial y un factor de impulso en el fortalecimiento del proceso de entrada de las fuentes renovables en la matriz de generación energética del país.

Hemos tenido en los últimos 25 años un sector de la energía que ha operado en buenas condiciones y con la capacidad para proveer de manera suficiente las necesidades de energía de la población, aunque aún existe una brecha de cobertura en las Zonas No Interconectadas del país y es un reto pendiente que el gobierno debe asumir con alta prioridad. Quedan aún asuntos pendientes entre los cuales se encuentra, en primer lugar, lograr una mejora en el nivel de precios de provisión de energía en el país pues aunque no estamos en el nivel más alto de América Latina, si tenemos un espacio de mejora para llegar al nivel de los países más eficientes de la región. El otro reto importante es el de la diversificación de la matriz de generación y la creación de nuevas condiciones de competitividad en el sector por la entrada de nuevos actores. Y finalmente, enfrentamos el reto de la consolidación del desarrollo y crecimiento futuro de la capacidad de generación. Hoy tenemos en Colombia un consumo de energía per cápita de 1.300 kWh al año, cuando en el mundo desarrollado en países como Estados Unidos esta cifra supera los 12.000 kWh y en Canadá alcanza los 15.000 kWh por año.

Como se observa, los retos son aún grandes y en este escenario es muy importante la contribución de las fuentes alternativas no convencionales y por esta razón es necesario que como país sigamos trabajando en el impulso a su desarrollo.

*Carlos Alberto Zarruk Gómez:
Presidente Ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Energía
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.