El aumento de demanda de energías renovables –principalmente la solar y eólica– se vivió a nivel mundial, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

En el caso mexicano más puntualmente, con base en datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), no fue la excepción, pese a los últimos movimientos regulatorios encaminados a restringir el uso de los métodos renovables, para aumentar el uso de los combustibles fósiles.

Durante 2020 la producción de electricidad mediante sol y viento registró su ritmo de crecimiento más rápido en comparación con las últimas décadas en 45%, derivado de las inversiones hechas en el sector antes de la pandemia, principalmente en Estados Unidos y Europa.

En México, el año pasado la emergencia sanitaria coincidió con una serie de cambios hechos desde el ejecutivo para modificar las reglas del mercado eléctrico y así dar prioridad en el despacho –el orden que se usa la electricidad– a las plantas propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Pero pese a ello, las energías renovables, encabezadas por la solar, sumaron un crecimiento importante suprimiendo la participación de mercado a otras fuentes de generación eléctrica. Es así que durante todo el 2020 la generación eólica aumento en un 18% en comparación con 2019, de acuerdo con datos del Cenace, el organismo operador del mercado. La electricidad vía centrales solares aumentó 61% y en contraste otros combustibles fósiles cayeron de manera importante.

Comparando diciembre de 2020 con el mismo mes del año anterior, la generación por parte de las centrales eólicas aumento en un 33% y el uso de las plantas fotovoltaicas en 40%, de acuerdo con los datos expedidos por el organismo.

El mayor uso de estas centrales se explica por el costo de producción de electricidad, que es mucho menor al registrado en el uso de combustóleo, diésel o carbón. La regulacióin actual establece que las energías de menor costo serán las primeras en utilizarse, así las de mayor costo se quedan al final de la fila.

La IEA, con sede en París, asegura que el crecimiento experimentado en 2020 se repetirá en los años siguientes debido a las acciones realizadas en conjunto, entre gobiernos y compañías, rumbo a la recuperación económica tras la pandemia, en la que las energías renovables jugarán un papel sustancial como motivo de inversión, y como parte de los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.

“Los gobiernos de todo el mundo han subastado niveles récord de capacidad renovable y las empresas han firmado acuerdos de compra de energía de nivel récord, incluso cuando la pandemia propagó incertidumbres macroeconómicas y suprimió la demanda”, señaló la organización en un estudio.

En México un estudio reciente realizado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) señala que el crecimiento constante de las energías renovables es gracias a las políticas puestas en marcha durante los gobiernos anteriores y a las suspensiones dictadas por el poder judicial que han dejado en pausa todos los cambios regulatorios provenientes desde el ejecutivo, principalmente la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica aprobada en marzo pasado y suspendida durante el mismo mes.

“Dado que la generación eléctrica depende de las decisiones de inversión y del desarrollo de proyectos multianuales iniciados varios años antes de que una planta empiece a operar, los incrementos en la participación de generación limpia en el total de generación eléctrica del país son consecuencia del clima de inversión y del marco jurídico y regulatorio vigente hasta hace al menos tres años”, ha dicho el IMCO en su estudio más reciente sobre el tema.

La reforma busca cambiar la forma en que se toma la energía generada en las centrales eléctricas, para poner en un primer plano la electricidad producida por en las plantas de la estatal CFE. Un revés en la decisión de los jueces especializados en competencia, que hasta ahora han frenado la reforma, cambiaría el ritmo de crecimiento de los métodos renovables.