Con la llegada de la pandemia, hay un antes y un después para el sector energético de todo el Planeta. Esto es lo que nos permite concluir lo que traemos a nuestros lectores en esta Edición 129, pues si bien hasta antes de 2020, las energías renovables venían ganando protagonismo en los cinco continentes, el Covid-19 marca capítulo definitivo en este desarrollo.
Así lo confirman las cifras de IRENA y de la Agencia Internacional de Energía, las cuales demuestran que, el año pasado la capacidad energética renovable mundial aumentó en más 260 gigavatios (GW), cerca de un 50 % por encima del crecimiento registrado en 2019.
Más del 80 % de la nueva capacidad eléctrica agregada el año pasado fue renovable, con la energía solar y eólica representando un 91 % de este tipo de energías limpias.
Al final de 2020, la capacidad mundial de generación renovable era de 2.799 GW, con la energía hidroeléctrica conservando la mayor cuota (1.211 GW), aunque la energía solar y la eólica van ganando terreno rápidamente. China y Estados Unidos de América fueron los dos mercados de crecimiento más destacados en 2020.
Este incremento vertiginoso, puede interpretarse como la radiografía del despertar de una conciencia a nivel mundial de la importancia de hacer uso de energías limpias y mitigar los devastadores impactos del cambio climático. La descarbonización y el desestimulo del uso de combustibles fósiles, parecen ser el Común denominador en Europa, Asia, África, América, y Oceanía.
Con beneplácito, registramos el hecho de que los principales líderes internacionales de energía del mundo, incluida por supuesto Colombia, han manifestado su compromiso en la reducción de emisiones globales de gases efecto invernadero y el cumplimiento de los objetivos del acuerdo de París, evidenciando su interés en pasar de las deliberaciones a los resultados concretos.
También es de Resaltar, que con la llegada a la presidencia Joe Biden, la primera potencia mundial de nuevo se enfila en este ejército de luchadores para descarbonizar la industria, consolidar una economía de carbono neutro, en el marco de la transición energética.
Para el caso de Colombia, varias son las acciones a resaltar, como, por ejemplo, el compromiso de ISA Intercolombia, que, junto con otras 8 empresas, firmaron el acuerdo para alcanzar la “carbono neutralidad” al 2050. La alianza aporta a la meta de reducción de 11,2 M de toneladas de CO₂ en el sector minero - energético, además a la consolidación de una economía de carbono neutra.