Denominado como NH1, la nueva turbina marina es un proyecto piloto para generar energía comercial del mar desarrollado por la compañía francesa Normandie Hydroliennes, el cual ha recibido cerca de 31,3 millones de euros como subsidio por parte del fondo de innovación de la Unión Europea. El proyecto prevé la instalación de un parque de cuatro turbinas en Normandía los cuales se estima que suministrarán 34 GWh anuales a la red francesa de aquí a 2028. El NH1 estará situado en la Raz Blanchard, un paso por el que fluye una de las corrientes de marea más poderosas de Europa, situado en el extremo noroccidental de la península de Cotentin, en Normandía. El proyecto contará con cuatro turbinas de referencia AR3000 de 3 MW que se estima entrarán en funcionamiento a finales de 2027.
El apoyo financiero de la Comisión Europea a este proyecto busca desarrollar esta fuente de energía e integrarla en el mix energético de Francia y Europa. "Esta financiación nos permitirá dar pasos decisivos en la aplicación de nuestra solución innovadora y competitiva, acelerar nuestro desarrollo y hacer realidad nuestra visión", asegura Katia Gautier, la directora del proyecto.
La energía ilimitada de las corrientes marinas
Europa se ha fijado un ambicioso objetivo de reducción de emisiones para 2030 que le va a obligar a acelerar la transición energética a fuentes renovables. Las que más atención están recibiendo son la energía solar y eólica, pero la disponibilidad de estas fuentes no es continua debido al constante cambio de los factores ambientales, por lo que hay que acudir a caros sistemas de baterías para almacenar la electricidad generada como excedente de consumo.
Según la asociación Ocean Energy Europe, la energía mareomotriz de Francia tiene un potencial no explotado de entre 5 y 6 GW. Es una energía renovable y constante que puede representar una producción de 15 a 18 TWh para suministrar electricidad a 8 millones de personas. La energía mareomotriz depende de una fuerza constante y global: la gravedad lunar que mueve los océanos de forma continuamente al orbitar la Tierra. Y es escalable, porque las turbinas pueden instalarse por miles por todas las costas del planeta.
Las turbinas AR3000, desarrolladas por la compañía francesa Proteus Marine Renewables, son las unidades mareomotrices más potentes del planeta. Aunque, hasta que estén instaladas y a pleno rendimiento, este título se lo lleva la O2 de Orbital Marine Power, que está anclada frente a las costas de Orkney (Escocia) y tiene una capacidad de 2 MW, equivalente a la necesidad energética de unos 2.000 hogares.
Según explica Proteus en su web, el diseño de estas turbinas es modular y pueden alcanzar una potencia de 3 MW. Cada unidad cuenta con un rotor de 24 metros de diámetro y un sistema de control mediante algoritmos avanzados que regulan activamente la velocidad y los ángulos de paso de las palas. Con esto el sistema logra controlar las olas y turbulencias, minimizar las cargas y suavizar la potencia de salida.
La arquitectura innovadora de la AR30000, asegura Proteus, permite reducir los costes de los proyectos a la vez que limita el posible impacto ambiental. Las turbinas pueden instalarse en su estructura de soporte submarino en solo 20 minutos y se pueden conectar varias de ellas con el fin de enviar la energía combinada a tierra a través de un único cable de exportación. Según Ocean Energy Europe, la energía mareomotriz podría suponer una capacidad de producción de 100 GW de aquí a 2050. Esto, aseguran, sería suficiente para satisfacer las necesidades diarias de electricidad de 94 millones de hogares europeos.