La energía solar permanece como actividad incesante sobre la faz de la tierra, irradiando una forma de poder y dinamismo que durante milenios ha nutrido al mundo junto a los seres vivos en general. Muy cierto resulta catalogarla como la fuente de energía más importante del Planeta que bondadosamente nos entrega la posibilidad de configurarla en todas las formas de energía aprovechables posibles.
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