Anuncios del Gobierno y Congreso sobre Energías Renovables No Convencionales

La apertura de convocatoria para la tercera subasta de energías renovables no convencionales y la aprobación en el Congreso del Proyecto de Ley 365 de Transición Energética, son muestra de los avances en el fortalecimiento del sector energético colombiano, especialmente en materia de Energías Renovables No Convencionales

“Estas iniciativas son un avance importante que permite fortalecer el sector energético colombiano, pero, sobre todo, consolidar una matriz energética mucho más confiable, al tiempo que se contribuye en la disminución del dióxido de carbono, haciendo un sistema más sostenible y amigable en beneficio del medio ambiente y de los usuarios” señaló Germán Corredor, director ejecutivo de la Asociación de Energías Renovables, SER Colombia.

La asociación, que actualmente agrupa a más de 70 empresas dedicadas a la implementación y desarrollo de proyectos FNCER (generadores, desarrolladores, proveedores, fabricantes, consultores, y otros), mantiene la expectativa sobre la apertura de convocatoria de la nueva subasta, en la que espera participen grandes jugadores del sector, interesados en invertir en el país, y contribuir en la consolidación de las renovables en Colombia.

“La nueva subasta es sin duda una herramienta muy efectiva para la reactivación económica que requiere el país, y para el fortalecimiento de la matriz energética. Estos son proyectos económicos, que generan empleo de calidad, de baja dificultad y de rápida ejecución, una vez logrado el desarrollo pre-construcción. Nos hubiera gustado, eso sí, que se extendiera el plazo de entrada en operación de los proyectos para dar cabida a más ofertas en la subasta” puntualizó Corredor.

La nueva subasta permitirá la participación de proyectos de Fuentes No Convencionales de Energías Renovables, FNCER, con capacidad igual o mayor a 5MW. Como condición los proyectos deben estar inscritos en el registro de proyectos de generación de energía eléctrica de la UPME (fase 2 o 3) y tener concepto aprobado (no puede estar supeditado a expansión) para la conexión a la red.

Por otra parte, se aprobó en el Congreso la Ley de Transformación Energética, que permitirá también fortalecer la normatividad del sector. La iniciativa robustece el papel de FENOGE para contar con mayores recursos para la inversión, facilita incentivos para promover el mercado de la movilidad eléctrica, y plantea un marco para nuevos desarrollos.

“Quizá uno de los aspectos más relevantes de este Proyecto de Ley, es que establece un marco legal y amplía los incentivos tributarios de la Ley 1715 para nuevas tecnologías como el hidrógeno, para el almacenamiento y la medición inteligente, lo cual apoyará la entrada de las Fuentes Renovables de energía no convencionales” agregó el director de SER Colombia.

Adicionalmente el Proyecto de Ley, busca simplificar los trámites ambientales en los proyectos de conexión que es un factor fundamental hoy en día para poder agilizar y poner en marcha los proyectos.

*Sobre Ser Colombia:
SER Colombia agrupa a las empresas relacionadas con la generación de energía eléctrica con fuentes renovables no convencionales. Cuenta con más de 60 empresas afiliadas que participan en todos los eslabones de la cadena de valor de la generación con FNCER, esto es, generadores, distribuidores, desarrolladores locales y extranjeros, constructores y consultores entre otros, reuniendo un conocimiento único de las particularidades del sistema eléctrico colombiano.
La Ley de Transición Energética y la tercera subasta de energía renovable

Dos temas cruciales para el futuro del sector energético, son protagonistas en este 2021. Por un lado, la aprobación, en el congreso de la república de la Ley de Transición Energética, que se dio antes de que concluyera el periodo legislativo, el pasado mes de junio. Por otro lado, el anuncio de la convocatoria de una tercera subasta de energías renovables, prevista para finales de este año,

A continuación, publicamos los pronunciamientos del Ministro de Energía con relación a estos dos temas:

La subasta de energías renovables

El Ministerio de Minas y Energía dejó en firme la convocatoria para realizar la tercera Subasta de Contratos de Largo Plazo de energía renovable no convencional antes del 31 de octubre de 2021 por parte del Administrador del Sistema de Intercambios Comerciales (ASIC).

“Esta nueva subasta será un gran aporte a la reactivación sostenible del país y nos permitirá seguir consolidando a Colombia como un referente regional en transición energética. En cerca de 3 años hemos aumentado más de 8 veces la capacidad instalada del país en proyectos de fuentes no convencionales de energía renovable y para 2021 nuestra meta es llegar a 1.000 MW gracias a la entrada en operación de alrededor de 80 proyectos adicionales”, aseguró el Ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.

En esta subasta podrán participar proyectos de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER) que tengan una capacidad igual o mayor a 5 MW y estén inscritos en el registro de proyectos de generación de energía eléctrica de la UPME, mínimo en la fase 2. Además, deberán contar con el concepto de conexión a la red de transmisión nacional o transmisión regional aprobado por la UPME.

También podrán participar proyectos que hayan adquirido obligaciones en las subastas de Cargo por Confiabilidad y de Contratos de Largo Plazo de 2019 sólo si desean presentar ofertas para el bloque 3, que va desde las 5:00 pm hasta las 12:00 am, ya que al ser el horario de mayor consumo de energía se busca asegurar la oferta necesaria para atender las necesidades de los colombianos.

Los proyectos que logren asignaciones en esta subasta deben comenzar a cumplir con sus obligaciones de suministro de energía eléctrica a partir del 1 de enero de 2023. El período del suministro será de 15 años, de acuerdo a lo establecido en los contratos financieros que se firmarán.

Además, para esta nueva subasta los participantes en calidad de compradores no tendrán condiciones que limiten la oferta con la que deseen participar, mientras que la oferta de los vendedores no podrá superar la capacidad instalada de su proyecto de generación.

Finalmente, los proyectos de generación que resulten adjudicados tendrán la posibilidad de prórroga hasta por 2 años para la fecha de puesta en operación, sin que se ejecute la garantía. Sin embargo, el generador estará en la obligación de cumplir con los compromisos de energía adquiridos durante este tiempo.

Sobre la Ley de Transición Energética

Colombia contará con nuevos incentivos para seguir consolidando la Transición Energética y su liderazgo regional en esta materia

Con la nueva Ley de Transición Energética, que aprobó el Congreso de la República y ahora (al cierre de esta edición) pasa a sanción presidencial, Colombia continuará posicionándose como líder regional en esta materia y como un país atractivo para la inversión en energías renovables no convencionales.

“Esta ley le apuesta a consolidar la transición energética, liderar la lucha contra el cambio climático y acelerar el cierre de brechas, ofreciendo mejores incentivos tributarios para la generación de energía renovable no convencional, eficiencia energética y movilidad sostenible. Además, estos incentivos se extienden para nuevas tecnologías como el hidrógeno verde y azul, el almacenamiento de energía a gran escala y la medición inteligente”, aseguró el Ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.

La Ley de Transición Energética reconoce al hidrógeno verde y azul como una fuente no convencional de energía renovable, por lo que esta tecnología también podrá acceder a los beneficios tributarios de la Ley 1715: sobre-deducción de renta, exclusión de IVA, cero aranceles y depreciación acelerada.
Así mismo, estos 4 incentivos se extenderán a las inversiones y los equipos de medición inteligente, y se aclara y ratifica que la instalación de los mismos no tendrá ningún costo adicional para los usuarios.

Actualmente, los proyectos de eficiencia energética sólo contaban con el beneficio de sobre-deducción de renta, pero ahora, con la Ley de Transición Energética, podrán acceder a él y además tener cero aranceles y depreciación acelerada. También tendrán exclusión de IVA la adquisición de bienes y servicios para el desarrollo de proyectos de generación con fuentes no convencionales de energía y de gestión eficiente de la energía.

En la Ley de Transición Energética también se establecieron nuevas iniciativas para mejorar y ampliar la cobertura del servicio de energía eléctrica en las zonas más apartadas de Colombia, al igual que la sostenibilidad de los proyectos que se desarrollen en estas zonas.

Adicionalmente, se creará el FONENERGÍA con el fin de articular y focalizar las diferentes fuentes de recursos para financiar y realizar planes, proyectos y programas de mejora de calidad en el servicio, expansión de la cobertura energética y normalización de redes.

En cuanto a movilidad sostenible, se destaca la adopción de programas que deberá realizar el Gobierno Nacional para promover el uso de hidrógeno y gas combustible en el transporte terrestre de carga y público de pasajeros.

*Minenergia:
Comunicaciones Prensa
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Líderes de Latinoamérica analizaron prioridades para acelerar la transición energética

América Latina tiene el potencial de ser el mercado líder de generación de energías renovables, así coincidieron líderes influyentes del sector en el foro regional “Latin America Energy Week” 2021, en donde los principales expertos de la región plantearon la urgencia de encontrar nuevos modelos de negocio competitivos y la realización de alianzas público-privadas para optimizar los costos. Los panelistas concordaron sobre la necesidad de que los gobiernos ajusten su marco regulatorio y en el desarrollo de planes a largo plazo que permitan la transición a energías limpias en Latam, un mercado que tiene potencial para convertirse en un hub de energías renovables.

De acuerdo con los expertos, América Latina necesita interconectar las redes de trasmisión entre sus países con el objetivo hacer eficiente el uso de las energías renovables, invertir en tecnologías de digitalización para garantizar la resiliencia y estabilidad de las redes. Además, consideran que la transición hacia estas energías, será motor de reactivación económica y social post-covid en la región. Uno de los mensajes destacados fue que esta planificación debe considerar los objetivos de eficiencia energética en la producción y el consumo, reducir las emisiones de carbono, satisfacer la demanda, establecer tarifas asequibles e invertir en energías renovables. Los conferencistas señalaron que la región puede ser un gran exportador de H2 verde, pero necesita adaptar los modelos de financiación y trabajar en un marco regulatorio adecuado. Asimismo, la cooperación entre los sectores será fundamental para lograr soluciones innovadoras que catalicen la transformación energética.

Para Tim Holt, miembro de la Junta Directiva de Siemens Energy AG, existen sectores que demandan una descarbonización inminente; para ello, es necesario realizar una adecuada transición de los combustibles fósiles a los e-combustibles. “Debemos transformar la industria energética en América Latina y el Caribe con la integración de tecnologías que aceleren los cambios fundamentales del Sistema Eléctrico de la región y enfocar las inversiones en investigación y desarrollo para proveer energía sostenible a las industrias, gobiernos y poblaciones”, expuso.

Finalmente, los expertos concluyeron que es prioritario digitalizar la red e invertir en ciberseguridad para garantizar respuestas rápidas ante ataques digitales. Además, los gobiernos deben trabajar en políticas e incentivos para que las industrias hagan mayores esfuerzos hacia la descarbonización. En materia de innovación, la inclusión y diversidad en las corporaciones y sociedad en general son factores clave de éxito para lograr mayor productividad en las organizaciones y avanzar hacia un futuro sostenible, que se constituye, sin duda en uno de los mayores desafíos sociales y corporativos para Latinoamérica.

*Siemens Energy:
es una de las empresas de tecnología energética líderes en el mundo.
Contacto prensa: Eliana Rivera
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Los pros y los contras de la nueva ley de Transición Energética

Natalia Orduz Salinas es abogada, egresada de la Universidad de los Andes (2010). Desde su época de estudiante, se interesó por los temas territoriales, derechos a la participación, a la autonomía, trabajo con las comunidades, el conflicto armado, los derechos de las víctimas, temas relacionados especialmente con los megaproyectos extractivos en los territorios. 

También ha incursionado en el periodismo, con valiosos aportes a los espacios “La silla vacía” y “Las dos 2orillas” y apoyó la construcción del decreto ley de víctimas indígenas.

Esta joven abogada, activista, con experiencia en docencia, una maestría en conservación y uso de la biodiversidad, interesada en el fortalecimiento de la democracia y la justicia ambiental, desde hace cuatro años está vinculada a la Fundación alemana Heinrich Böll, donde se desempeña como Directora de proyectos socioambientales en la oficina de Bogotá – Colombia.

Sus amplios conocimientos y trayectoria en el manejo de los temas ambientales y climáticos relacionados con los megaproyectos, particularmente energéticos, la convierten en una de las voces más autorizadas para analizar los pros y los contras de la ley de Transición Energética 365 que acaba de ser aprobada por el Congreso de la República y de temas actualidad del sector energético nacional. En la siguiente entrevista nos da a conocer sus pronunciamientos al respecto:

Mundo Eléctrico: ¿Qué concepto le merece el hecho de que se haya hundido la aprobación del acuerdo de Escazú en Colombia?

Natalia Orduz Salinas: Este es un hecho lamentable. Escazú, es un acuerdo entre varios países donde Colombia participó de manera directa, por lo cual es una pérdida de oportunidad sumarse a un esfuerzo latinoamericano de democracia ambiental. El hecho de que Colombia no lo haga, dice mucho sobre su voluntad política de sostener los estándares de democracia ambiental.

Aunque el acuerdo de Escazú no suma nuevos estándares a lo que ya existen normativamente en Colombia, es un símbolo muy grande de compromiso político con la democracia ambiental.

El gobierno engañó a la opinión pública cuando se comprometió en una conversación nacional, a ponerle todo el impulso a este acuerdo, pero finalmente permitió que las mayorías lograrán que tropezara todo el esfuerzo que las organizaciones estaban haciendo para que pasará el trámite legislativo.

 

M.E.: Usted ha dicho que la transición energética debe ser efectiva, justa y democrática. ¿Qué países en el mundo son modelo de transición energética?

N.O.S.: En Alemania hay unas experiencias muy interesantes de dejar atrás el uso de combustibles fósiles y de que la transición también involucre a la ciudadanía en la generación misma de energía, unos intentos de diversificar la producción y de brindar diversas

oportunidades. Estas experiencias me parecen muy valiosas porque democratizan y permiten a la comunidad involucrarse en las temáticas.

M.E.: ¿La transición energética que se desarrolla en Colombia, cumple con esas tres características: efectividad, justicia y democracia?
N.O.S.: Cuando me refiero a transición efectiva, quiero decir que contribuya a cumplir la meta del acuerdo de París. Esto no significa sumarle nuevas formas de producción de energía a las ya existentes, sino justamente, reemplazarlas en el corto plazo y claramente Colombia no tiene esa intención. Un muy buen ejemplo es lo que recientemente ocurrió en el Congreso de la República, donde no hay democracia, pues se aprueba una ley de transición energética que propone un marco jurídico para nuevas tecnologías que van a tener una serie de impactos, pero “pasa completamente de agaché”, no se discute en un foro público.

Allí hubo dos “debates” que realmente no lo fueron, en las comisiones quintas de cámara y senado y luego en plenaria. Los congresistas ni siquiera alcanzaron a conocer o dimensionar los temas y es un título muy engañoso porque ¿quién va a estar en contra de la transición y recuperación económica?... nadie.

De otra parte, fue un proyecto “relámpago” al que se le dio un mensaje de urgencia, no como el de Escazú, y ahí se ve “el doble rasero” de cuando el gobierno quiere puede, pues cuando hay voluntad política las cosas funcionan, y en este caso pasó como “una aplanadora” sin ningún tipo de debate.

Esto pone en tela de juicio el que el gobierno realmente quiera hacer una transición energética democrática.

Otro ejemplo es el hundimiento del proyecto que prohíbe el fracking en Colombia; a la sesión asistieron únicamente ocho congresistas y por falta de quórum el proyecto cayó. En contraste, en esta ley 365 se incluyen prerrogativas de energías renovables como el hidrógeno azul, que se basa en el gas, el cual probablemente se deba sacar con fracking, generando a su vez nuevas emisiones; esto no lo hace muy efectivo.

En conclusión, la transición no es ni efectiva ni democrática y en términos de justicia, como lo hemos visto en muchas oportunidades en el país, las afectaciones ocurren lamentablemente sobre comunidades que siempre han sido vulnerables, como por ejemplo la Wayuu en la Guajira. Si bien es muy bueno que exista energía eólica, la manera de hacerlo nuevamente deja por fuera a las comunidades sin derecho a la consulta e incluso sin el mismo acceso a la energía, porque estos pueblos carecen del servicio de energía que se produce en su territorio.
Entonces, esa distribución donde las cargas van para los que ya de por sí son vulnerables, es una constante en el país.

M.E.: Concretamente, con relación a la Ley 365, ¿cuáles son los principales aspectos a tener en cuenta?
N.O.S.: El tema que me genera alerta en esta ley es el que incluye nuevas formas de producción de energía que, si bien pueden ser interesantes, la pregunta es ¿cómo se va a hacer? ¿en dónde? ¿quién y qué comunidades va a afectar? Concretamente me refiero al hidrógeno verde y al hidrógeno azul, como lo acabo de mencionar.

El hidrógeno verde es una forma que requiere de energía renovable, toma la molécula de agua y a través de una reacción química, desprende el hidrógeno. El inconveniente es que se requiere demasiada energía renovable para lograr la efectividad porque la tasa de retorno es muy bajita. La pregunta es: ¿de dónde va a salir toda esa energía renovable para producir el hidrógeno verde? Se van a requerir demasiados parques eólicos y ¿se van a construir en territorios de quién? ¿de qué manera? ¿con qué recursos? Aunque estas tecnologías no generan emisiones, sí ocasionan impactos sociales grandes, estamos hablando de parques eólicos de dimensiones enormes; esto no es algo abstracto sino algo concreto que afecta a las comunidades.


Con el hidrógeno azul, hay un inconveniente más grande, porque éste se obtiene a través del gas metano, y de allí se saca la molécula de hidrógeno. Entonces el cuestionamiento es que, por un lado, nos aseguran que ya no hay reservas de gas en el país, pero por el otro se está contemplando la obtención de este tipo de hidrógeno. Las mayores reservas se encontrarían en yacimientos no convencionales y las técnicas son muy complicadas para extraer este tipo de recursos. En conclusión, es muy controvertido porque la idea es reducir este tipo de combustibles fósiles pero las técnicas con las que se van a extraer generan una serie de riesgos altos; además, el hidrógeno azul libera dióxido de carbono, que es un gas efecto invernadero. Nuevamente volvemos a la necesidad de un foro público que involucre a la comunidad, porque no está claro si los sistemas de captura de ese CO2 sean realmente efectivos.

El problema es que la ley le da un estatus muy alto de utilidad pública a estos proyectos, que se pueden declarar de “interés nacional estratégico”, recibiendo el aval del gobierno, incluso, pasando por encima de todas las autoridades locales y de la misma comunidad. Además, este tipo de proyectos gozan de cierta justificación para expropiar a las comunidades de sus territorios con el fin de desarrollarlos. No hay que perder de vista que en Colombia tenemos una serie de conflictos sobre la tenencia de la tierra.

Entonces es esta manera de hacer las cosas la que tiene un carácter antidemocrático, donde se blindan este tipo de proyectos sin que puedan tener siquiera un escrutinio; eso es muy grave y la fuente de una nueva causal de conflicto.
Otro tema es que estos proyectos van a gozar de una serie de beneficios fiscales y aunque acaba de derrumbarse una reforma tributaria que les otorgaba ventajas a las grandes empresas y afectaba más al ciudadano de a pie, aquí se reproduce esa misma lógica de grandes beneficios tributarios.

Esos son temas que por lo menos deberían debatirse de manera abierta, con otras miradas y con más equidad.

M.E.: ¿Qué voces se han pronunciado ante esta situación que usted cataloga de antidemocrática?

N.O.S.: Todas las voces que han defendido el acuerdo de Escazú están inquietas también por este tema de la ley 365. Hay algunos sectores que cuestionan de una forma más fuerte el extractivismo; por ejemplo, el Movimiento Nacional Ambiental (con el que trabajamos de la mano en la fundación Heinrich Böll), que articula distintas organizaciones sociales de base, plataformas ambientalistas y ONG´s colombianas, promoviendo desde 2017 los procesos de defensa del agua, la vida y los territorios, oponiéndose a la imposición de proyectos mineros, petroleros, y al fracking, en el territorio nacional.

El cuestionamiento principal de este movimiento es ¿por qué esa verticalidad del gobierno, que desconoce las consultas populares que se hacen localmente, aprobadas por los Concejos, por un juez constitucional y por elección popular? Algunos de estos líderes hablan de una dictadura minero-energética pues simplemente, las decisiones se toman “arriba” y no se consulta con nadie. Esto ha dado pie para grandes cuestionamientos.

Para el tema de la ley 365 existe el movimiento Voces por el Clima, compuesta por varias organizaciones, ONG´s, jóvenes y universidades que se interesan por los temas climáticos. Este grupo hizo un análisis “relámpago”, pues la premura con que se trató esta ley tampoco dio tiempo suficiente, porque se conoció la ponencia, a los pocos días se discutió en las comisiones quintas de cámara y senado, y a los tres o cuatro días pasó a plenaria del congreso. Estas voces hicieron su mayor esfuerzo por analizar el tema y prepararon un pronunciamiento que se resume en diez temas de esta ley.

Otra de las voces ha sido la Alianza Colombia libre de Fracking que también ha cuestionado la manera antidemocrática de hacer estos proyectos, pues es el modus operandi del gobierno el que genera indignación.

M.E.: En su concepto, ¿cómo aborda la ley el tema de la emergencia climática?

N.O.S.: Si bien esta ley reconoce la emergencia climática, el gobierno se ha limitado a cumplir la tarea que pone el acuerdo de París de generar unos documentos, la NDC (Contribución Nacionalmente Determinada) donde se menciona que todos los sectores se comprometen con algún tema climático, pero en su mayoría son acciones secundarias que no tienen una determinación y ningún peso importante dentro de los procedimientos; es decir, algo bastante “accesorio” la forma como el gobierno ha asumido el tema climático, y este proyecto de ley no ha sido la excepción.

Cuando se habla de “emergencia” es para actuar rápidamente, involucrando los dos mecanismos del acuerdo de París para enfrentar la crisis climática: la mitigación y adaptación.

La mitigación implica actuar YA para reducir los gases efecto invernadero y la manera más efectiva para ello es extraer menos combustibles, no hay otra forma. Todos los otros mecanismos de compensación, carbono neutralidad, aunque se siguen pregonando realmente no han servido porque la temperatura del planeta sigue subiendo. Entonces, este mecanismo, claramente no está en el proyecto de ley. Como ya vimos, la intención detrás de la obtención del hidrógeno azul es continuar haciendo fracking.

En cuanto a la adaptación, esta se refiere a que los territorios se encuentren preparados para los cambios climáticos que se avecinan. Basta con mirar la gravedad de lo que ocurrió en Providencia con el huracán Iota y otro tipo de cosas que están sucediendo y están por venir en varias partes del país. Entonces la mejor manera de adaptar un territorio es que éste sea resiliente y para ello debe estar ambientalmente protegido, como por ejemplo en Córdoba, donde, para enfrentar las inundaciones, se necesita preservar los humedales porque estos son los que absorben el agua y amortigua estos efectos climáticos.

Por esta razón, los proyectos de hidrógeno verde y azul van a generar aún más vulnerabilidad en los territorios.

M.E.: Con base en su lectura, ¿nos acercamos o nos alejamos de cumplir las metas del Acuerdo de París?

N.O.S.: Que haya proliferación de proyectos de energías renovables no es lo negativo. Ojalá todos estos proyectos cumplieran con las normas ambientales. La cuestión es que esta ley justamente elimina trámites ambientales para los nuevos proyectos.

Para lograr el acuerdo de París, no solamente basta con sumarle energías renovables a la matriz energética que ya tenemos, sino que es definitivo reemplazar el uso de combustibles

fósiles y hacerlo rápido, pero esa intención no la tiene el gobierno nacional y explícitamente lo ha dicho. Quiere hacer todo el tiempo: por un lado, implementar energías renovables, por el otro, seguir con los combustibles fósiles y en mi opinión el gobierno se ha dado cuenta que, en Colombia hay competitividad, porque estamos muy bien ubicados y la energía es una importante fuente de ingresos para hacer nuevos negocios, para permitir nuevas inversiones, pero no en clave climática.

M.E.: ¿Ante el panorama que nos ha expuesto, cuál es el llamado al gobierno, a los empresarios y a la comunidad?

N.O.S.: Al gobierno le digo que esta es una responsabilidad histórica. El momento para tomar medidas es ahora. Cualquier cosa que se haga o se deje de hacer va a tener un impacto por lo que este mandato será medido y juzgado de alguna medida por las próximas generaciones.
Las medidas que tome deben ser fundamentales y efectivas, acordes con el acuerdo de París, pero no medidas accesorias. Que tome la decisión de no hacer fracking, este es un país biodiverso y se le puede apostar a la riqueza que sí tenemos, a construir paz, y a que la gente viva en mejores condiciones.

Constitución Política de Colombia
ARTICULO 79.
Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.

A los empresarios: el tema de la responsabilidad es fundamental y se deben tomar ejemplos como los de la petrolera Shell, que en una sentencia histórica es la primera empresa obligada a reducir sus emisiones, un 45% hasta 2030. Así lo determinó el tribunal de La Haya (Holanda), el pasado mes de mayo.

La invitación a las grandes empresas de Colombia es para que se salgan de esa lista en la crisis climática y vean la situación desde otra lógica. Hay un potencial enorme para que las empresas hagan las cosas de una forma diferente, para evitar la extracción o la obtención de materia prima que implica grandes problemas económicos asociados. Este es un momento interesante para pensar en la energía de otra manera diferente.

Para la comunidad y la población en general, la emergencia climática, sin duda ha sido el mayor reto que ha enfrentado la humanidad y debemos asumirlo en estricto sentido ético, pues nos afecta a todos. Estamos en un momento histórico en donde la naturaleza está muy golpeada, los recursos se están agotando, pero debemos asumir el reto sin ser catastrofistas. Aún hay salidas, si tomamos decisiones cotidianas y éticas, empezando por cada uno de nosotros, por ejemplo, desincentivando el uso de los vehículos terrestres, aéreos, el consumo de ciertos alimentos, el manejo de residuos, en fin, hay infinidad de cosas que se pueden hacer, decisiones individuales y con una responsabilidad colectiva.

*Marcela Aranguren Riaño:
Directora Periodística Revista Mundo Eléctrico
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