La elaboración del contenido de esta edición 126 de mundo eléctrico, dedicada a la movilidad eléctrica, coincide con la celebración de los 34 años de la creación de esta publicación, el 21 de octubre de 1986.
La investigación que hemos adelantado en esta oportunidad nos deja grandes aprendizajes y conclusiones. Quisimos dar un vistazo de lo general a lo particular, con el fin de comprender cómo se ha dado el desarrollo de la movilidad eléctrica en el mundo, y dentro de este contexto, llegar a lo que ha sido ese desarrollo en nuestro país.
De ese análisis, vemos que en los últimos 10 años, la movilidad eléctrica ha logrado avances muy importantes en todo el Planeta, particularmente en Europa, donde se destaca el caso de Noruega, tal vez el país del mundo que mayores incentivos da para la promoción de esta tecnología. Pero si analizamos el caso del continente americano, gracias a un reciente estudio del Consejo Mundial de energía y la firma consultora internacional Arthur D Little, evidenciamos que países como Colombia, Chile y Uruguay, lideran el tema en América Latina, superando a naciones como México y Brasil que poco le apuestan a este desarrollo.
Si bien, la eventualidad de la pandemia, ha ocasionado un retraso de dos años en materia de movilidad eléctrica, al mismo tiempo ha sido una oportunidad para crear conciencia en los usuarios, de la importancia de transitar con vehículos de tecnologías limpias, que reportan grandes beneficios.
Y aunque es innegable que la brecha del costo entre los vehículos de combustión vs los híbridos eléctricos y los netamente eléctricos, en el mediano y largo plazo, se vislumbra una disminución de esa brecha, lo cual facilitará el acceso a este tipo de tecnologías, tanto en Colombia, como en el resto del mundo. A esto se suma el avance en los desarrollos que permiten cada vez mayor autonomía de estos vehículos, tornándolos más atractivos y funcionales.
Para el caso de nuestro país, la investigación adelantada nos permite concluir, que, si bien, hoy contamos ya con una ley de movilidad eléctrica, la 1964 de julio de 2019, la movilidad sostenible no necesariamente está sustentada en dicha disposición, sino en un conjunto de componentes y actividades que se han venido adelantando en más de una década, y que ya están dado frutos. Por supuesto, la mencionada ley es muy significativa, y define una plataforma que impulsa con mayor contundencia y aceleración el desarrollo de dicha movilidad, pues permite darle prioridad a este tema, que hasta el momento no había sido de mayor relevancia en la agenda del gobierno nacional o de los gobiernos departamentales y municipales.
Prueba de lo anterior se refleja en las recientes estadísticas oficiales del sector divulgadas por el gremio ANDEMOS, donde se ha visto un repunte importante en la matrícula de vehículos híbridos y eléctricos para los meses de junio y septiembre de este año, con crecimientos exponenciales, en comparación con las del año anterior. Dichos crecimientos, coinciden con los incentivos que se vienen otorgando por parte del gobierno nacional y las alcaldías de ciudades como Medellín y Bogotá, las cuales han motivado el uso de estos automotores, eximiéndolos de restricciones como el “pico y placa”, además de incentivos tributarios y de otras ventajas en temas de parqueo, por nombrar algunos beneficios.
Con el aumento de este parque automotor de vehículos híbridos y eléctricos, se plantea la obligatoria pregunta de si habrá infraestructura suficiente para atender dicha demanda, o si por el contrario, los empresarios se motiven a invertir en mayor capacidad instalada, dependiendo de la venta de este tipo de vehículos. Es la típica encrucijada de “Qué es primero: el huevo o la gallina”. Pero lo importante es que ya se han dado los primeros pasos, y la movilidad eléctrica en Colombia, está dejando de ser una “Cenicienta” y se le está tomando enserio, está ganando día a día y prontamente, mayor posicionamiento, pues se está viendo como una solución y una alternativa interesante para una movilidad futurista, limpia, sostenible; una opción que le permita al país estar a tono con las exigentes necesidades de un sistema de transporte moderno y eficiente.
¿Qué falta? …Sin duda, continuar trabajando en la estructuración de una política pública clara, decisiva y robusta que facilite y acelere una movilidad eléctrica sostenible.