¿En verdad le estamos apuntando a la eficiencia energética?

Esta edición de MUNDO ELÉCTRICO, para cierre de año 2022, la hemos reservado a la Eficiencia Energética, a manera de balance y concatenación de los temas que hemos abordado en el transcurso de nuestras cinco ediciones anteriores.

La Transición Energética, las energías renovables, la recuperación postpandemia, entre otros, han sido el plato fuerte de nuestras ediciones en 2022, temas que nos llevan a vislumbrar cómo será el año que está por comenzar, en materia energética, tanto para Colombia como para el resto del Planeta. Ante este panorama, debemos empezar por recordar qué es la eficiencia energética para analizar qué tan “eficientes” hemos sido y a qué le debemos apuntar.

El concepto de eficiencia energética se refiere a la capacidad de obtener los mejores resultados en cualquier actividad, empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos. Si nos ajustamos a estos parámetros, podremos reducir el consumo de cualquier tipo de energía y al mismo tiempo las posibles afectaciones ambientales.

Con base en este concepto y revisando un poco la historia, por lo menos en lo que respecta a Colombia, el columnista Amylkar Acosta Medina, nos recuerda que los episodios de racionamientos eléctricos vividos en el país, han tenido siempre su origen en el atraso en la ejecución de proyectos claves.

Sin ir tan lejos, es lo que hemos padecido recientemente con los desafortunados eventos de Hidroituango. Apenas, el pasado 30 de noviembre, Daniel Quintero Calle, alcalde de Medellín y Jorge Andrés Carrillo Cardoso, gerente general de EPM, anunciaron en rueda de prensa que las unidades 1 y 2 por fin cumplieron todos los requisitos para que el megaproyecto más esperado de los últimos tiempos, y del que depende la estabilidad energética nacional, arranque su operación comercial.

Y aunque los funcionarios antioqueños hicieron el anuncio mencionándolo como un “histórico logro”, cuando no se tiene la certeza de saber si las unidades restantes (de la 3 a la 8), entren en operación dentro de los tiempos previstos en el cronograma, es cuando debemos revisar y desmenuzar, nuevamente el concepto de Eficiencia Energética para preguntarnos qué tan eficientes hemos sido y a qué nos atenemos:

  • ¿Sí estamos obteniendo los mejores resultados?
  • ¿Sí estamos empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos, después de tantos altibajos y costos que implican los megaproyectos cuando por diversas razones se salen de los cronogramas y el remedio es más caro que la enfermedad?
  • ¿Si estamos reduciendo las posibles afectaciones ambientales?

Este editorial es para poner a reflexionar al país, al Gobierno Nacional, al Ministerio de Minas y Energía, a las empresas y responsables del sector, porque el temor de seguir dependiendo de los megaproyectos hidroeléctricos, como lo hemos vivido por más de un siglo, continúa poniendo en riesgo la estabilidad energética nacional.

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